No puedo enterrar mi pasado, tampoco quiero.
De él he aprendido muchas cosas y me las seguirá enseñando, gracias a ello soy quien soy.
Y me gusta ser así.
Una nube negra envuelve mi cabeza como un turbante, no la quiero pero está ahí.
Solo yo puedo ahuyentarla para que no vuelva.
Y lo haré.
Hay cosas que se me escapan de las manos, ya
puedo irlas controlando y mejorando día a día
mi destino.
Proyectos, ilusiones, sueños...
Mil cosas que quiero hacer y no saber por donde
empezar y en este momento no poder ponerme a ello.
Todo esto ha ocurrido por una razón y ya estoy aprendidendo la lección, cambiando de rumbo y seguir evolucionando como persona.
Aun estoy un poco lejos, pero ya veo la luz.
La luz de la felicidad plena.
Si puedo verla es que está ahí y si está ahí es que puedo llegar a ella.
No pienso parar hasta tocarla, acariciarla, saborearla, olerla y dejarme envolver en ella.
Cada día me veo más capaz, me noto más fuerte y todo esto no lo estaría consiguiendo sin mi familia y amigos. Gracias por estar ahí.
Hacia delante con una meta, despacito y buena letra pero, luz, voy a tocarte.
Shama
(Marta Sala)
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